"Me parece de un tremendo valor por parte de los que han apostado por ‘Crematorio’, que han demostrado que se puede hacer series de calidad y espero que sigan apostando por ellas"
Una de las series más potentes del último año nos cuenta una historia sobre corrupción, política, expansión urbanística y poder. Jorge Suquet interpreta a Tomás dentro de esta entramada historia, un personaje pequeño pero clave para ‘Crematorio’. Mucha gente recordará al actor por haber interpretado recientemente al demonio malísimo de ‘Ángel o Demonio’. Esta Nuestra Televisión ha estado con Jorge para hablar de estos dos proyectos, dos de los más importantes en su carrera.
¿Cómo veías que se pudiese hacer una serie así en España, cuando viste el proyecto de ‘Crematorio’?
Yo saltaba de alegría porque me hubiesen cogido. La ficción en España cada vez está mejor, pero simplemente cuando me contaron los actores con los que iba a trabajar, todos en el mismo proyecto, el director, que le seguía desde su primer trabajo, con un guión tan sólido para una serie que parecía que iba a tener una factura muy interesante, y estando Fernando Bovaira (productor ejecutivo) por medio, sabes que siempre es una señal de calidad. Pues todo eso para mí fue un shock porque además no hice prueba, vieron mi material y directamente me dijeron que era mío el personaje. De esto hace ya dos años, yo salía de hacer ‘Sofía’ que fue mi primera incursión de prota en la tele y de repente me planto a ensayar con Pepe Sancho y no me lo podía creer, no me podía creer que me tocase a mí.
‘Crematorio’ es una miniserie de ocho capítulos. ¿Es mejor a la hora de prepararse?
Había algo que no te suele pasar en televisión y es muy gratificante, y es que te den directamente los ocho guiones de golpe, como si de una peli se tratase, entonces sabes perfectamente cómo va a ser todo el recorrido de tu personaje desde el principio. Sabes dónde empiezas, dónde acabas, hacia dónde vas y cuál es tu arco. Y eso te permite hacer un trabajo mucho más preciso teniendo capacidad de reacción para trabar tus propuestas y trabajarlas a fondo. Si a todo esto le sumas unos guiones tan sólidos. No es como la experiencia que tengo yo en televisión que empiezas con uno o dos capítulos y te van dando el resto, entonces tú vas construyendo a medida que te van construyendo los guionistas.
Respecto a la comparación con una peli, ‘Crematorio’ tiene una factura muy cinematográfica.
Sí, el hecho de que fueran capítulos de 50 minutos, es directamente otro ritmo a lo que estamos acostumbrados a ver en televisión. La factura yo creo que da la sensación de cinematográfica por la increíble función de fotografía que hizo Daniel Sosa, pero aparte estamos hablando de decorados naturales con una luz como la levantina. Y a pesar de que en estos proyectos siempre te quejas por lo mismo, porque falta tiempo, sí que es verdad que se le dedicaba tiempo y cuidado a cada una de las secuencias.
También es muy de cine por el guión que tiene la serie.
En España a veces pasa una cosa: en las series estamos acostumbrados a que haya mucha verborrea, porque en ocasiones carecemos de medios para tirar de planos más amplios, y hay mucho plano contraplano de actores hablando. En esta serie se guiaron más por lo que no se dice en el texto, por los silencios, por cosas que estamos más acostumbrados a ver en cine que en televisión. Por eso puede dar la sensación de cinematográfico, pero yo creo que es una televisión que en Estados Unidos ya se lleva haciendo hace tiempo y que muchos consumimos aquí. Era darle a todo eso un aire español, con una temática muy nuestra, porque creo que la corrupción urbanística está bastante en boga, y creo que somos perfectamente capaces de hacerlo.
Con series como estas nos plantamos a la altura de Estados Unidos.
Aparte de la diferencia de los presupuestos, España un país con unas dimensiones más pequeñas que en Estados Unidos, y que obviamente las audiencias no son las mismas y los porcentajes de gente que ve allí la HBO, no quiere decir que todo el país esté viendo la HBO. Sí que es verdad que públicos objetivos y segmentados a los que les pueda interesar una serie como ‘Crematorio’ en España es un público más minoritario, y a la vista está que en La Sexta desgraciadamente no ha funcionado.
Pero porque ‘Crematorio’ no ha ido tanto a por la audiencia, sino que buscaba la calidad.
Sí, y eso me parece de un tremendo valor por parte de los que se han encargado de apostar por esta serie, que han demostrado que se pueden hacer series de calidad y espero que sigan apostando por ellas. Desgraciadamente las audiencias son las que mandan, entonces yo no sé hasta qué punto es viable, y dado los tiempos que corren, ojalá se sigan haciendo.
¿Podría ser ‘Crematorio’ la precursora?
Yo espero que sea el principio de algo y es la sensación que teníamos todos cuando la estábamos haciendo. Había un feeling en el rodaje, que todos sabíamos que estábamos haciendo algo especial, interesante y de calidad. Luego ya, para gustos colores. Yo estoy muy orgulloso de haber participado en esa serie, porque sí que creo que es precursora de algo.
La serie ha recibido premios que demuestran que ha sido una producción de calidad.
Sí, ha recibido un montón de premios y estoy muy contento por toda la gente que ha trabajado muy duro ahí. Yo al fin y al cabo tenía un personaje pequeño, en cuatro capítulos, pero hay gente que se ha dejado la piel, han apostado por ello, y eso es digno de agradecérselo. Yo es que no puedo estar más que agradecido, porque es un trabajo interesantísimo. Aprendí mucho y la disfruté tremendamente porque en el propio rodaje se notaba esa tensión que se ve en la serie. Pero mereció la pena.
¿Y cómo te preparaste para ese personaje? Por ejemplo Juana Acosta dice que se inspiró en las revistas del corazón.
(Ríe) Yo no llegué a ese punto porque mi personaje era bastante opuesto al de Juana. ¿Cómo me preparé? Me preparé con alguien. Pedí ayuda porque siempre es bueno tener una visión desde fuera y me preparé con el director también. Confié mucho en dejarme llevar por lo que estaba escrito y por las directrices que me daba Sánchez Cabezudo, que es un director muy meticuloso y no tienes más que ponerte en sus manos. El propio guión me lo daba tan claro que yo espero que eso se viera. Con las pautas que me dio el director, yo quise encontrar el alma de Tomás, un chico que se supone que lo ha tenido todo, que ha estudiado fuera, que la vida le ha tratado siempre bien, su padre le ha dado todo lo que quería, y vuelve y se encuentra un pastel que ni se esperaba ni va con él. Parece un chico al principio que no se entera de nada, pero al final intenta sacar la cabeza por su familia. Se mete en un mundo de lobos que no ha conocido nunca y que no sabe moverse. Apliqué todo eso a cómo lo viviría yo.
Es un personaje que recuerda al de Nate en ‘A dos metros bajo tierra’, que vuelve y se encuentra todo el percal.
Es verdad. Es cierto. Podría haber quedado de puta madre, pero ya te digo que para el personaje de ‘Crematorio’ no me inspiré en nadie. No fue como por ejemplo en ‘Ángel o demonio’ sí que me fijé en el trabajo de otros actores.
‘Crematorio’ es un reflejo de la actualidad. ¿Crees que es una forma de que la gente conozca esta realidad que no suele mostrarse al público?
Es una cosa que desgraciadamente nos imaginamos, o por lo menos yo, pero sí que es verdad que cuando lo leí, hubo cosas que me dejaron muy loco sobre cómo funciona la política (ríe). Supongo que sí que puede ayudar a la gente que lo vea, como cualquier serie o película que sea un espejo, una ventana hacia mundos que no conocemos. No olvidemos que en cualquier caso es ficción, no hemos dado nombres de nadie, ni creo que se pretendiese. ¿Qué esto ayude a que no ocurra más? No lo creo.
Además, es una serie que se grabó en Alicante con el patrocinio de la Generalitat Valenciana. ¿Hubo algún problema porque se relacionase con algo?
Yo no creo que todos los políticos sean corruptos, espero que no lo sean. Creo que dentro de las labores que pueda tener un gobierno, una de ellas es apoyar la cultura y me parece digno de ser resaltado que la Generalitat haya apoyado el proyecto, y yo lo aplaudo. Me parece bien porque además no puede generar problemas, sino todo lo contrario, puede decirse mucho de un político que apoya series así. No creo que por el hecho de que se grabe allí, donde ha habido últimamente casos de corrupción últimamente, -pero es que casos de corrupción hay en otras comunidades, otras provincias y otros pueblos-, hubiera problemas. Sería sospechoso que no apoyasen un proyecto así. Sí que es verdad que a mucha gente le resulta sorprendente y paradójico, pero a mí me agrada que lo hayan hecho. Espero que haya más proyectos que reflejen esta realidad porque me parece un trabajo valiente. No queríamos crear ninguna polémica. No era la intención de la serie. Ojalá no se tuviese que contar historias así porque no existiesen pero parece ser que el poder es muy jugoso.
¿Conocías la novela de Rafael Chirbes en la que se basa la serie?
No, pero la he leído luego y no tiene muchísimo que ver con la serie. Se basa en la novela pero hay muchas diferencias entre una y otra.
Ambas series se emitieron en 2011; ¿no coincidieron las grabaciones de ‘Crematorio’ y ‘Ángel o Demonio’?
'Crematorio' fue este verano pasado no, el anterior, justo entre ‘Sofía’ y ‘Ángel o Demonio’. Justamente cuando llegué a Alicante para grabar ‘Crematorio’ conocí a Aura Garrido. Allí me llamó mi representante y me dijo que muy probablemente iba a salir una serie para Telecinco que se llamaba ‘Ángel o Demonio’. Yo había hecho un cásting hacía seis meses, para otro personaje, el del chaval jovencito, Damián, y ya me había olvidado porque nunca pensé que fuera para mí. Entonces grabando ‘Crematorio’ Aura y me dijo: “Estoy segura que te van a dar el personaje del demonio”. Y ahí fue cuando me enteré. A lo mejor coincidieron unos días, pero vamos, fue terminar con ‘Crematorio’ y empezar con ‘Ángel o Demonio’.
¿Y qué recuerdos tienes de ‘Ángel o demonio’?
Pues mira, sonrío cuando me acuerdo de la serie, o sea, que muy bueno. Imagínate, por la oportunidad que fue estar en un canal nacional en prime time haciendo básicamente lo que me daba la gana (ríe). Me lo pasé muy bien con esa película. Me dieron una oportunidad maravillosa en una serie muy distinta a todo lo que se estaba viendo. Lo primero que pensé fue “¡qué locura!”, porque las pautas que me dieron fue: “Eres un demonio, tienes 265 años y vives con otras tres, una de las cuales es una niña que en realidad tiene 600 años”. ¿Perdón? (Ríe) Claro, eso es un juguete.
Y algo muy novedoso que tampoco habíamos visto en España.
Yo había visto ‘Hay alguien ahí’, y yo no soy de engancharme a series, pero con esta tenía que estar siempre atento para verla. Me gustaba mucho la factura, el planteamiento… era algo distinto, un soplo de aire fresco. Me acuerdo que dije: “Ojalá trabaje algún día con esta gente”. Lo bueno de ‘Ángel o Demonio’ es que nos dieron oportunidad a caras no tan conocidas por aquel entonces, apostaron por gente nueva, gente joven, y entre todos congeniamos muy bien. Los productores ejecutivos tenían tal entusiasmo con el proyecto y tenían tan claro lo que querían hacer, que nos lo contagiaron a todos. En el equipo técnico, como ya había trabajado en ‘Hay alguien ahí, todos se conocían muy bien, y es uno de los equipos que recuerdo con más cariño. Había una sensación de euforia, de “qué guay lo que estamos haciendo”, entonces eso, sumado a que nos lo pasábamos muy bien, es algo que generalmente no tienes la ocasión de hacer, como trabajar con efectos especiales.
¿Qué tenía de especial tu personaje en concreto?
Mi personaje era un fanfarrón, algo que normalmente no me dejan hacer, que es sacar una chulería y un sarcasmo que por mi complexión física muchas veces hago de niño bien o de aristócrata. Este personaje fue salir de todo eso y estallar siendo el más hijo de puta de la tierra. Además era una especie de Mortadelo, cada dos por tres me podía disfrazar y hacer lo que me apeteciese. Me permitió, dentro de las posibilidades que había en los guiones, una libertad creativa que agradecí muchísimo.
¿Había hueco para la improvisación?
Más que improvisar, proponer cosas. A veces sí que improvisamos, pero luego lo que haces es marcar para que eso siempre sea igual, porque si no vuelves loca a la script, a los montadores… Pero sí que nos dejaban proponer mucho. Era un trabajo constante entre nosotros, los directores, e incluso conocíamos a los guionistas. Era un equipo muy compacto. Los productores, Daniel Cebrián y Joaquín Górriz estaban siempre en plató y entonces había muchísima comunicación. Y luego fue un bombazo, creó un fenómeno fan que todavía hoy hay gente que me para por la calle y me dice: “¿Cuándo vais a seguir con esta serie?”.
La gente guarda un buen recuerdo y piensa que seguirá.
Es una serie que desgraciadamente pinchó al final de la segunda temporada, pero fue un fenómeno que me abrió muchas puertas. Para muchos ha sido un trampolín, y yo voy ahora a pruebas y por lo menos ya me asocian a algo. El otro día rodando en Valencia me preguntó un señor por los nuevos capítulos porque me vio con bigote y pensaba que es porque vamos a seguir grabando. Era un personaje que gustaba a gente muy dispar y variopinta. Gustaba mucho a hombres de mediana edad y decían: “Ya me gustaría hacer a mí las cosas que hace tu personaje, decirle un par de cosas a mi jefe” (ríe). No sé por qué, pero a pesar de lo cabrón que era, caía bien. Fue muy gratificante y divertido hacerlo.
¿Y qué es lo que estás haciendo ahora en Valencia?
Pues uno de los realizadores que dirigió tres capítulos de ‘Ángel o Demonio’, Eduard Cortés, está rodando una película que se llama ‘Atraco’, en la que está Óscar Jaenada, Amaia Salamanca… es una peli muy coral, coproducción con Argentina y de hecho los dos protas son argentinos. Hemos empezado hace poco y ahora me quedan tres o cuatro sesiones. Está basado en hechos reales de un robo que ocurrió en la joyería Aldao en los años 50. Y estoy alucinando porque yo en cine tengo poca experiencia; hice ‘La mula’, un papel pequeño en ‘Di Di Hollywood’ y una cosita en Estados Unidos muy underground. Tenía muchas ganas de hacer cine y de volver a trabajar con Eduard. Tengo un personaje bastante interesante que lo estoy disfrutando muchísimo, además época siempre gusta. Soy el dueño de la joyería y en la película hay un enredo y una historia que va a merecer mucho ver.