Crítica de 'American Horror Story: Asylum'.
Para ningún fan de la franquicia 'American Horror Story' es noticia que hace cinco semanas se estrenó la segunda temporada de esta serie bajo el subnombre de Asylum. Y para los que no sean fans, o que al menos no hayan llegado al 5º capítulo, advertirle que contiene spoilers. Ahora nos seguimos encontrando con provocación e insinuación, y posiblemente nos hayamos desprendido un pelín del terror y nos hayamos acercado al gore, pero la esencia no se ha perdido.
En 'AHS: Asylum' se han superado. Han conseguido seguir tirando de tópicos, pero sorprendiéndonos constantemente. Y creo que el escenario también ayuda a que sea más novedoso. Vale que un psiquiátrico no es gran novedad en el género del terror, pero más que una casa encantada donde se va a vivir una familia feliz, lo es menos. Las fórmulas para crear el horror son evidentes en la serie: perturbados mentales de todo tipo, abducciones de extraterrestres, asesinos en serie, experimentos con seres humanos y maltrato físico y mental. Todo esto adornado con grandes golpes de efecto, una narrativa discontinua cargada de flashbacks y varias escenas de sexo gratuito que caracteriza esta serie.
Ahora estamos en un universo completamente nuevo, un asilo mental donde el terror es más psicológico pero los creadores siguen lanzándonos mil dudas. Les gusta jugar con la confusión en el espectador y lo consiguen a la perfección, resolviendo dudas también a gran velocidad, pero lanzando nuevas incógnitas a cien por hora.
Aunque el guión dice mucho de si una obra audiovisual vale o no vale la pena, en 'AHS' es impresionante el trabajo del resto de departamentos para meterte dentro de esa locura que se vive en el asilo, desde la realización, la iluminación (tan gris, oscura y sin luz solar), el montaje tan rápido y con tantos efectos, y con la música. Nos están volviendo locos a los espectadores también con el "Dominique Nique Nique" cada vez que aparece la sala grande del psiquiátrico.
Pero bueno, no podemos hablar de 'AHS: Asylum' sin hablar de los personajes. Madre mía los giros tan interesantes que pegan todos, como ya lo hacían en la primera temporada, pero en este aspecto también se han superado. Jessica Lange, tan alabada, es brutal: la hermana Jude que viste con lencería roja, le gusta la mano dura, pero luego se da a la fuga tras un atropello o se acuesta con el primero que le lanza un piropo. Esas contradicciones en los personajes son lo que los hacen reales e interesantes. Y su ayudante, la hermana Mary Eunice (Lily Rabe) que era una modosita hasta que el diablo se ha metido en su cuerpo al finalizar un exorcismo. Cambio radical. O el psicólogo (Zachary Quinto), que parecía que era el único que pensaba dentro de ese psiquiátrico... pues ale, es Cara Sangrienta (el personaje terrorífico como lo fue en la anterior tanda el hombre de látex), y se encarga de quitarle la piel a gente inocente acusando después a pacientes del psiquiátrico, como por ejemplo a Kit. O Arthur Arden (James Cormwell), el abuelo violador y "arranca piernas" que va de bueno pero resulta ser un nazi asesino.
Kit (Evan Peters, Tate en la primera) es acusado de asesinar a su mujer, y aunque él está seguro de no haberlo hecho puesto que estaba completamente enamorado de ella, le hacen creer que sí que fue y le trastornan para que acabe confesándolo. En aquella época, que un blanco estuviese casado con una negra no estaba muy bien visto, y ese puede ser el motivo por el que alguien le matase y le hiciese sentir culpable a Kit. Igual que la homosexualidad, que tampoco estaba bien vista y por eso a Lana (Sarah Paulson), la periodista lesbiana que entra el psiquiátrico, le encierran haciéndole sufrir hasta el final. Una mujer que parecía la salvación para sacar a la luz todas las injusticias que se hacen allí dentro, pero de la forma que acaba el 5º capítulo, parece que poco le queda para contar cosas.
Y todos ellos dentro de un escenario donde hay miles de secundarios que sirven para ambientar y meterte más todavía en la historia como el monseñor (Joseph Fiennes), la paciente Pepper, Shelley (a la que Arthur corta las piernas), o la mismísima Ana Frank. ¿Será ella realmente?
La serie ya ha renovado por una tercera temporada. ¿Dónde será? No se sabe. Igual en un cámping, en la sala de un dentista o en El corte inglés. ¿Qué época? Vete tú a saber. Lo que espero es que no sea medieval. ¿Y con qué actores? Sólo se sabe que Jessica Lange se queda. A ver quiénes más... Es muy posible que la mayoría lo haga. Lo que es seguro es que seguirá manteniendo la esencia e intentarán superarse a esta segunda temporada que por ahora (sobre todo los episodios 4 y 5) está siendo sublime.
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