28 octubre 2012

El crimen de la muñeca hinchable



Con una novela que ha vendido más de 10 millones de copias y ha sido traducida a 22 idiomas, y una película que decepcionó al autor, llega a nuestras salas de teatro la primera adaptación de ‘Wilt’ con Fernando Guillén Cuervo de protagonista y se declara un “wiltómano absoluto”. Los temas que trata la historia, pese a haber pasado varias décadas desde que se escribió, siguen siendo de actualidad: criminalización, desencuentro en la pareja, desorden del espíritu estudiantil, frustración en la sociedad, la policía y la iglesia. Pero sin duda lo más interesante de todo esto es la sinopsis, lo que cuentan, y aquí lo dejo todo a continuación. ¡Menudos líos! 

Henry Wilt es un hombre frustrado. Profesor suplente en un centro de formación profesional, da clases de literatura a aprendices de albañil, fontanero, carnicero o electricista que no tienen el mínimo interés en la materia. Tampoco su matrimonio es muy satisfactorio. Eva, su mujer, es inmadura y seguidora de cualquier moda, desde el yoga al arreglo floral. 
A pesar de este inocente pasatiempo, nada en su vida parece que vaya a cambiar, hasta que un día Eva conoce a una pareja de franceses muy “chic” que invita al matrimonio Wilt a una fiesta con la aparición de una muñeca hinchable, en cuya compañía sorprenden a Wilt. Cuando éste, borracho y avergonzado, llega a casa, se encuentra una nota de su irritada esposa que le comunica que se va de viaje con sus nuevos amigos, y un paquete que contiene... la muñeca hinchable.
Wilt, monta en cólera, tira la nota de Eva al inodoro, coge la muñeca, y fantaseando con que se tratara de Eva, la mete en su coche y la lleva a unas obras donde se deshace de ella tirándola a la zanja de los cimientos de un edificio en construcción.
Por desgracia alguien le ve y, creyendo que Wilt se ha deshecho del cadáver de una mujer, llama a la policía. Para cuando ésta llega a las obras, los obreros han rellenado el hoyo, cubriendo la muñeca con varias toneladas de hormigón.  
La cosa pinta mal para Wilt. Eva no aparece por ninguna parte y, sin la nota, él no puede demostrar que se ha ido de viaje. Cuanto más trata de explicarse, peor suena todo. Wilt es detenido y acusado del asesinato de su mujer. Su versión de los hechos y las conclusiones que va sacando la policía, desencadenan una descabellada investigación que roza el surrealismo.
La policía está dispuesta a llegar hasta el final. Lo que los inspectores de homicidios no saben es que Wilt, después de diez años dando clase a jóvenes que casi rozan la delincuencia, es capaz de resistir cualquier interrogatorio, por duro que sea.
El delirante enredo parece no tener fin hasta que Wilt descubre que la única salida que tiene es mentir para que le crean.

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