07 octubre 2012

Más huevones que leones



Lo que mola del género de la comedia es ver cómo sufren nuestros personajes, y por eso siempre que en ‘La que se avecina’ preguntan “¿Qué somos, leones o huevones?” Sabemos perfectamente que aunque la respuesta que den sea “leones”, son los mayores huevones que hay. Y ése es el problema: que en todos los capítulos se lo preguntan, creen que van a ser unos héroes y la acaban cagando. Y todo vuelve a ser igual. Esto crea la sensación de que cada capítulo detrás de otro es el mismo, que evidentemente cambia, pero al tener estructuras similares, nos da esa impresión.
 
Algunos personajes como Judith, con una magnífica Cristina Castaño, es de los personajes que más evoluciona. La Cuqui parece que también lo está haciendo. La relación Javier y Lola igual. Pero da la sensación de que muchos que estén estancados, ¿no? Como el Recio y Amador, que son muy divertidos, de los que más risa hacen a la audiencia (entre los que me incluyo) pero les noto que siempre les ocurre lo mismo. Los guionistas se han dado cuenta de esto y van a explotar al máximo estas muletillas que es lo que provoca la carcajada, hace que a la gente se le pegue y todo el mundo hable de ‘La que se avecina’. Con las frases de estos dos personajes han conseguido un efecto como el que tuvo el “un poquito de por favor”, pero ahora son “te confisco el felpudo”, “¿quieres salami?” o “mandanga de la buena”, que en el último capítulo se llega a escuchar unas tres veces. Y esto es lo que me da miedo: que se despreocupen de la historia por hacer una sucesión sinsentido de muletillas. Una detrás de otra. Que producen la risa pero que no cuentan nada. 
‘La que se avecina’ es la serie que más duración tienen sus capítulos: noventa minutos. Al ser comedia es entretenido, pero las tramas llegan a estar muy estiradas y en ocasiones se hacen largas. Vale, hay muchos personajes y todo se divide, pero tampoco hay tantas tramas; alrededor de tres. (Pensemos que ‘Aída’ por ejemplo tiene unas cinco consiguiendo que sea mucho más ágil). En el último capítulo de la serie de vecinos tuvimos la historia del gas natural, la de la Cuqui en la cárcel y la de Javi y Lola intentando solucionar lo suyo. Pero bueno, aunque a mí esta serie no me produce una risa que me muero, (creo que los gags y la fuerza de los diálogos no son tan potentes como lo eran los de ‘Aquí no hay quien viva’), sí que es verdad que a la hora de escaletar y desarrollar lo que va a pasar en cada trama, los guionistas de ‘La que se avecina’ demuestras que son realmente buenos, porque los capítulos llegan a ser entretenidos cubriéndote una buena parte de la programación. 
Sin embargo, mucha gente dice que el inicio de esta sexta temporada no le está acabando de gustar. Que le falta algo. Yo creo que con tanta repetición en FDF han conseguido el efecto de ‘Los Simpsons’ (como decía Vasile). El problema es que nos han acostumbrado a ver siempre los mismos capítulos, que los nuevos ya no gustan. Como pasa otra vez con los dibujos de Springfield, que toda la vida viendo repeticiones y recitando los diálogos con ellos, que nos ponen capítulos nuevos y… ¡ay! Esto no es lo de siempre. Los vecinos han vuelto súper fuertes con la audiencia pero cuando algo se hincha tantísimo, da miedo a que de repente explote. 
Sólo dos cositas más por si me leyese algún guionista. 
1.- No os olvidéis de que Coque existe, que es un personaje muy divertido y parece que esta temporada os estáis olvidando de él teniéndolo de bulto. 
2.- Se está hablando mucho de una posible spin off… Todo el mundo tendrá a sus favoritos y quiero decir yo aquí quién es el mío. El que mejor puede funcionar y sería entretenidísimo, es Vicente. Vale, el personaje puede ser soso, pero quien lo piense que se vea un poco de ‘Padre de familia’, vea a Brown, y después un capítulo de su spin off, ‘El show de Cleveland’ y que me diga si se ha muerto de risa o no. Que ya os digo yo que sí. Viva ‘El show de Vicente'.

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