11 octubre 2013

La magia hace pop en la televisión


Crítica de los programas 'Por arte de magia' y 'El mago Pop' 
La magia en la televisión es muy difícil que convenza al espectador. Si siempre que vemos un truco en directo ya estamos pensando "me la están colando...", a través de la pantalla se multiplica por mil esta sensación. De todos modos algunos programas te ayudan a que vuelvas a ilusionarte y creer, mientras que otros que te echan un poco para atrás. El humor y el entretenimiento es muy importante que siempre vayan ligados a la magia, y el problema es que esta fórmula y los porcentajes de cada uno, como no sean exactos, el producto se cae por sí solo. 
'Por arte de magia' acaba de ser cancelado. Tenía a los mejores magos (Junke, Jorge Blass, Piedrahita...), gente con gancho (Alaska, el Frutero, Anna Simón...), y los trucos que se hacían eran buenos. Pero el programa era la cosa más lenta de todo que se ha visto nunca. Pocos trucos de magia para tanto rato en la programación. Y claro, para disimular rellenan con "humor", un humor que pongo entre comillas porque no tiene la más mínima gracia. Lo digo sintiéndome un poco mal, porque casi todos ellos son personas a los que admiro y me suelo reír mucho con ellos, pero no sé si eran los guiones (las partes que no eran los trucos), o la dirección a la hora de hacer la escaleta, pero conseguían hacer un programa imposible de aguantarlo hasta el final, algo preocupante al ser un espacio familiar. 
Hace unos años se hacía un programa en Cuatro que era rápido, ágil, y que te convencía su magia. Se llamaba 'Nada x aquí' e iluso de mí todavía estoy esperando que lo renueven y vuelva a salir en emisión. Mientras la cadena decide qué hacer (o yo me convenzo de que no volverá), hay programas que vuelven a ilusionarte y a convertirte en un niño. El último que he descubierto es 'El mago Pop', versión de 'Dynamo', que emitirá pronto Discovery Max. La idea es buena: él se plantea un objetivo que es conocer a alguno de sus ídolos. Creyendo en la regla de los seis grados, contactará con algún famoso que le pueda contactar con otro y así sucesivamente hasta llegar, en sexto lugar a dicho ídolo. Eso sí, para "pasar de nivel", el mago Pop tendrá que convencerles con su magia para que le den el siguiente contacto. 
No es que el humor predomine en este espacio, pero los trucos son creíbles, Antonio Díaz (el mago Pop) es muy buen comunicador y sabe entretener, y el espacio es rápido y ágil. Además se van viendo famosillos que se quedan con la boca abierta tras ver los trucos y siempre es divertido. La magia es muy buena y no sólo los personajes conocidos se quedan sorprendidos, sino que el espectadores también lo hace. ¿Pegas? Sí, también tiene. Se supone que todo van a ser consecuencias y surgirán las pistas siguientes por cada truco que guste, pero se les ve el plumero y demuestran que todo está más preparado de lo que nos hacen creer. 
El mago Pop en el primer programa quiere conocer al baterista de Pink Floyd, entonces contacta con los de Love of Lesbian. Todo cuadra, son dos bandas y los españoles le pueden llevar al británico pasando por otras personas, pero que el grupo le redirija a Eduard Punset ya te hace ver que pasa algo raro. ¿Eduard Punset y un rockero? Bueno, ya que los trucos están muy bien y consiguen que nos los creamos, hagamos el esfuerzo de creernos el resto. Como que el batería esté justo en el mismo sitio donde le hace el truco a última chica. O como que el cámara ya esté en casa de Alejo Sauras antes de que llegue el mago. Molaría igual haberlo hecho un poco peor técnicamente, pero que gozase de más credibilidad. Aun así y como he dicho, 'El mago Pop' es un gran programa que estoy deseando que lo empiece a emitir Discovery Max para que todos volvamos a creer en la magia.

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