03 diciembre 2011

No hay cine ni teatro sin televisión


Si nos damos una vuelta por Madrid, por donde están todos los teatros, descubrimos que como ya contó Eva Isanta, los rostros más televisivos que son un reclamo en las tablas, porque los espectadores quieren ir a ver las caras que reconocen de sus series. Ahora no se concibe el teatro sin que además de una función, se vaya a ver a algún famoso, porque sus nombres es lo que va a atraer a que la gente acuda. Ahora en la capital, por decir cuatro obras de teatro, se están representando ‘Historias de un karaoke’, ‘Venecia bajo la nieve’, ‘Fuga’ y ‘Burundanga’. Ahora repasamos los actores más televisivos que hay en estas cuatro: Pepa Rus (‘Aída’),  Juanjo Artero (‘El barco’), Elisa Matilla (‘Tierra de lobos’), Ángel Pardo (‘Hospital Central’), Pablo Carbonell (‘Hospital Central’), Eva Isanta (‘La que se avecina’), José Luis Gil (‘La que se avecina’), Kira Miró (‘Punta Escarlata’), Antonio Hortelano (‘Punta Escarlata’) y César Camino (‘Los misterios de Laura’). Esto demuestra lo dicho: los nombres son atractivos y eso es bueno, porque es una forma de atraer al público al teatro.
Ahora nos trasladamos al cine. Esta semana se ha estrenado ‘Fuga de cerebros 2’ con Patricia Montero y Adrián Lastra (‘Buenagente’), Paula Prendes (‘Gran Hotel’), Canco Rodríguez y Mariano Peña (‘Aída’)… Se trata de una película que es una secuela de la que se estrenó ya hace un par de años y arrasó. Este tipo de cine gustará a unos y a otros no, pero lo que está claro es que son taquillazos que vienen muy bien a la industria española, porque son pelis dirigidas a adolescentes, con mucho carpe diem y con actores y actrices jóvenes y reconocibles por participar en series de la pequeña pantalla.
Si recordamos cómo empezaba la película de ‘Los Simpsons’, aparecía Homer en el cine viendo ‘Rasca y Pica’ y decía que por qué la gente pagaba por ver lo que podía ver gratis en casa. Pues eso es lo que ha pasado durante muchos años en la industria en la que parecía que si protagonizaba un filme algún rostro televisivo, esa película ya iba a ser de segunda. Y es un orgullo descubrir que eso ha cambiado porque los actores son actores y valen actuar en todos los medios. Todo ha cambiado y es por una razón muy sencilla que lleva a una conclusión: la televisión es la que hace famosos a los actores. Y por eso en teatro y cine son un reclamo para que la gente acuda a las salas.
Mucha gente opina que toda la televisión es basura, ya no hay educación, es muy cutre… y sí que es cierto que muchas veces y en muchos espacios lo es. Pero generalizando en toda la televisión es algo que yo no comparto. Por mucho que se diga y por mucho que la gente crea que es un medio inferior, debe quedar claro que la televisión es la que está ayudando a que está logrando que el teatro y el cine salgan adelante. Además, muchos atores no querían saber nada de televisión, y ahora es donde más se quiere trabajar por dos grandes motivos: da más tranquilidad económica que otros medios y es una gran escuela es que ayuda a todo el mundo y sobre todo a los que están empezando y les sirve de tobogán. Esto no quiere decir que en el cine y el teatro no se aprenda, ni mucho menos, es simplemente que el ritmo con el que se trabaja en la tele es muy acelerado y por tanto es el que más rápido te enseña y donde más practicas.
Para ver todas estas cosas me abrió los ojos el guionista Natxo López, quien dijo lo siguiente y me parece muy interesante para concluir esta entrada: “Poco a poco se empieza a perder la vergüenza de decir que se trabaja en la tele. Entre otras cosas, porque el cine lo hace ya la misma gente que hace la tele, y se asume que una serie, una tv-movie, un documental, un programa... no son sino un trabajo más. Trabajo que, si bien no suele contar con el tiempo, el dinero y el mimo necesarios para hacer productos por los que demostrar un declarado orgullo creativo, tiene un nivel de exigencia, dificultad y renuncia que muchas vacas sagradas del cine no serían capaces de sostener ni un sólo día. Pedidle a Almodóvar o a Amenábar una serie semanal de 70 minutos, con plazos leoninos y presupuestos treinta veces por debajo del de sus películas y ya veríamos si se llevaban tantos premios y se lo pasaban tan bien rodando”.

No hay comentarios: