29 marzo 2014

'Dreamland': la escuela del fracaso


Tras años preparándola, meses anunciándola y días haciendo eventos, por fin se ha estrenado ‘Dreamland’ decepcionando a gran parte de los espectadores. O al menos a los que le dieron la oportunidad, que no fuimos muchos. Bastante menos de un millón de personas se reunieron anoche ante el televisor para ver esta serie que tiene muy difícil la renovación. 
La audiencia fue mala, pero es que emitiendo una serie juvenil un viernes por la noche no es gran idea. Además el público joven es el que más exigente es a la hora de ver series porque es el que más ficción ve y cada vez se pide algo más. Y esta serie es algo menos. Mucho menos. Imagino que ni los de Mediaset confiaban en ‘Dreamland’ que ha sido una forma de tirarla a la parrilla y quitársela de encima. Ocho capítulos que tienen grabados e imagino que serán los únicos (y da gracias si acaban emitiéndose todos).

La serie tiene un claro patrocinador que es Coca-Cola, e imagino que habrá pagado un pastizal y por eso se ha llegado a hacer la serie. Seguramente sin la ayuda de la marca no se habría llegado ni a estrenar, pero puede que interese tenerla por los beneficios que vengan del patrocinador más que por los anuncios en las pausas publicitarias (que viendo la audiencia, cada vez van a ir a menos). 
El tema de ‘Dreamland’ no está mal aunque no es nada novedoso: una escuela de baile de elite donde conseguir una plaza es muy complicado. Además llega en un buen momento, ya que hace tiempo que no se veía ninguna serie de bailes y es algo que siempre puede ser entretenido de ver. El problema grave es cuando se pretende hacer una ficción donde ni hay guión claro, no hay actores profesionales, y no hay, viendo algunas secuencias, un director que haga su trabajo. Las coreografías (un 35% de la duración del capítulo) son interesantes, y bailan fenomenal todos, pero igual con un poquito de sincronización todo ganaría mucho. Y si en el primer episodio no bailan todos al mismo ritmo, imaginad en el capítulo 27.

Ver la serie era como ver una sucesión de escenas que nada más empezaban no te aburrían porque estabas más atento de protegerte de los chirríos que de prestar atención. Un humo permanente en casi todos los planos hacía que la serie fuese grisácea y cero atractiva. Pese a que se ha hecho durante mucho tiempo, da la sensación de barata, sencilla, rápida en la creación, con un look de los años 2000 y con una estética que parece más se una serie diaria de sobremesa que semanal en prime time. Lo mejor de la serie es verla mientras lees los comentarios de Twitter. Lo peor es que la serie acabará pronto y esos tuits irán decreciendo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entonces no van a poner ningun capitulo más¿?

Anónimo dijo...

Pues no es justo, que por la audiencia no pongan ninguno más, porque la serie estaba entretenida. Aunque si es cierto que la ponían muy tarde.