Las películas que tienen éxito no tardan mucho en conseguir su secuela o secuelas, pero una de las cosas que diferencia el cine de las series de televisión es la duración y la posibilidad de ver una mayor evolución de los personajes. Hay series en que las personalidades no cambian mucho desde el inicio hasta que concluye, pero da gusto ver cómo un personaje que nos han demostrado en tantas ocasiones que es de una forma, va cambiando su carácter y consiguiendo así hacer una serie, donde se desarrollan hachos y las cosas van transformándose. Es el caso del doctor San Cristóbal, conocido como el doctor Mateo, quien ha cambiado totalmente su forma de ser en esta segunda temporada. Habrá gente que pensará que este cambio es malo, porque ya no es como era, pero no es así, es un cambio necesario para que la historia siga, y para hacerlo de algún modo más creíble. Mateo llegó al pueblo siendo un hombre cabezota, que no quería tener amigos, que no soportaba ver la sangre, que mostraba que iba a ser imposible su amor con Adriana porque él no exterioriza sus sentimientos… pero es que ahora ha cambiado. Aunque le sigue quedando un poco de aquel Mateo que llegó, ahora ha evolucionado, habiéndose convertido en un hombre enamorado al que no le importa que todos piensen lo que quieran, en un hombre que puede considerarse amigo de todo el pueblo, y en un hombre que deja de tener un pensamiento tan cerrado para abrirse a los demás. Este cambio puede estar haciendo que la serie no se queme, de modo que seguro que consigue una tercera temporada donde Mateo sufrirá otro cambio que hará que la serie siga en evolución.
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