05 junio 2014

El turno de ellas



No es que no diese un duro por ‘Hable con ellas’ y ‘Ciento en la madre’, sino que cuando empezaron a surgir noticias sobre estos proyectos no pensaba que yo fuese a ser espectador de ellos. Bueno, en este caso, de ellas. Y la verdad es que veo los dos espacios y me gustan. Voy a hacer un repaso de lo mejor y de lo peor de cada una de las cosas. 
Lo mejor de ‘Hable con ellas’: Casi todas ellas. Yolanda Ramos me alucina, Beatriz Montañez es un amor platónico, y Sandra Barneda es mi último descubrimiento. Sabía de su existencia pero por el tipo de programas que suele hacer nunca había visto nada de ella. Ellas tres dan la alegría y aportan el 97% de la labor de las presentadoras. Lo que más me gusta ellas es que aparte de tener guión se nota que improvisan, sobre todo Yolanda, haciendo comentarios o preguntas de total marujona que se le pasan por la cabeza, los suelta y acaba siendo de lo más interesante. Además el tema de ir “acumulando” en el sofá a todos los invitados que van a apareciendo lo hace más campechano el programa, porque acaba siendo una tertulia de amigos (predominando las mujeres); destacando también lo diferentes y variopintos que son todos los asistentes. Nunca pensaba ver juntos en un plató de invitados a Santi Millán y Raquel Mosquera compartiendo sofá. Y el violinista.  
Lo peor de ‘Hable con ellas’: Notar que aun siendo cinco presentadoras con el mismo peso (en teoría), hay dos que se quedan apagadas por completo. Son Natalia Millán, que da el toque de glamour, y Alyson Eckmann, que es la pivón pero no hace nada. Entre ellas forman el 3% del porcentaje que he empezado en el párrafo anterior. Y es una pena porque podrían dar mucho más juego, pero desparecen. Igual lo de los invitados tan variopintos también puede ser un arma de doble filo, porque a mi me puede apetecer ver lo que dice Santi Millán y producirme rechazo Raquel Mosquera (por seguir con el mismo ejemplo). Lo peor del programa, es que al pertenecer a Telecinco, puede verse ya como algo casposo, pero de verdad que vale la pena el programa y ellas.
Lo mejor de ‘Ciento y la madre’: Patricia en las pruebas. Tanto en la gasolinera, como con el pinganillo, como de guía turística en un autobús, ella es la reina del humor. Los famosos invitados, que está claro que es un reclamo, son lo mejor. Mi prueba favorita es la del pinganillo, donde lo dan todo. Paco León, Eva Hace, Falete, Chenoa… Y descubre personajes del nivel de la Mosquera, como es la Campanario, que será lo que sea, pero la prueba la hizo genial. Y luego la de ‘Me lo dicen mucho’, donde famosos hacen de dependientes anónimos (Juanra Bonet en una tienda, la Lomana en una charcutería o Fernando Tejero en una frutería), aunque esto ya se hizo en un programa de La sexta que se llamaba ‘¡Qué más quisiera yo!’. Este tipo de pruebas, tienen que funcionar dentro un programa para que pueda renovar, pero también creo que cuanto menos gente lo vea mejor, ya que si es un exitazo y todo el mundo habla de eso, ya no colaría si eres uno de los incautos.  
Lo peor de ‘Ciento y la madre’: Patricia en plató. ¿Quién escribe esos guiones tan malos con chistes tan repetidos hasta en el mismo programa? Se nota mucho que está preparado porque es muy forzado, los comentarios están metidos con calzador y el público… Ay, el público. O les pagan mucho o les dan lo mismo que a los que van a ‘El hormiguero’. Además hay partes que son muy largas y aburridas. Como la prueba de novios, que ver una de vez en cuando está bien, pero además son largas. Y que otro haga bromas de tirarse pedos delante de la gente creo que baja un poco el nivel del programa.  

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