15 junio 2014

Entrevista a Eva Hache



"Igual hay chistes que algunos no entienden pero los más avispados agradecerán que el que está al lado no lo haya pillado" 

'El club de la comedia' reabre sus puertas al teatro para que millones de seguidores puedan disfrutar del humor del programa. Por cuarta temporada consecutiva en La Sexta, Eva Hache va a ser la maestra de ceremonias y hemos charlado un poco con ella para que nos hable sobre las novedades de las nuevas entregas y sobre a situación en España del humor en general y del de los monólogos en particular. 
¿Por qué tanta espera para la vuelta de ‘El club de la comedia’?


Yo creo que ‘El club de la comedia’ funciona tan bien y  ala gente le gusta tanto que deberían hacerse dos temporadas al año. Pero claro, en las cadenas cada vez tienen más cuidado y van administrando los programas y los estrenos como los camellos la droga: te van administrando un poco para que te guste y luego se hacen esperar o se van de vacaciones en verano. Para nosotros es duro, pero es cierto que a lo mejor para el formato pues está bien.


No creo que sea un tema de presupuesto porque tampoco es un formato muy caro comparado con otros.
Bueno, yo cobro una barbaridad. No, es cierto que comparados con la ficción, los programas de entretenimiento siempre son mucho más baratos.


Esta temporada, con la ampliación de secciones, vas a ser tú la protagonista total.


Sí, voy a ser yo todo el rato. Yo dije: “A ver si la gente se va a cansar”, pero me dijeron: “No, porque la gente te ama”, y yo me lo creí. Yo soy muy discreta y les dije que igual sí que era demasiado, pero es verdad que los sketches son pildoritas del estilo de ‘Splunge’: una frase, una apuntadita que van a al hilo del monólogo… Va a ser yo, luego yo, y luego… yo.
Entran famosos como Lomana, Chenoa, Vaquerizo o Chicote, que dices que te han sorprendido.
Yo creo que la selección también ha sido la correcta de elegir a gente viva, ¿no? La gente muerta normalmente no da tanto juego. Están todos muy bien, lógicamente no voy a decir quién está mejor o quién está peor, pero me han sorprendido un montón. Funciona muy bien el hecho de que hayan sido ellos mismos los que han dicho: “A mí lo que me pasa es esto”,  y que hayan contado las anécdotas que a ellos les hace más gracia. Se han preparado muy bien y todos han llegado muy seguros a la grabación, luego se han jiñado un poquito, a cada uno les he dado un consejito, y la verdad es que es sorprendente.


Estos famosos nuevos van a hacer monólogos sobre ellos mismos. ¿Es más difícil hacer humor de algo propio o de algo ajeno?
Es el principio del payaso. Reírse de uno mismo y mostrar las vergüenzas al público es lo que hace que éste se desbarate de risa. Es un truco antiguo como el circo. No todo el mundo es capaz, lógicamente, de reírse de sí mismo, de los prototipos, de lo que se ríe todo el mundo. Estos que han venido son capaces, y a mí me demuestra que además son valientes. Lo bueno es que como el material lo han proporcionado ellos, se ven más cómodos y funciona.


Esta temporada se grabó hace ya más de un año y quería saber qué has estado haciendo todo este tiempo.


Nada, rascarme la tripa. Por no decirte el higo. Yo soy muy buena no haciendo nada. Es lo que realmente mejor se me da. Sé estar sin trabajar, sé estar de vacaciones, y lo hago muy bien. Estoy empezando a pensar en dar cursillos para que la gente se relaje; tengo los trucos para vivir con poco dinero, para ahorrar y pasarlo bien. Es verdad que tengo un poco ahorrado entonces tampoco sufro.


Con lo de los supernovatos, ¿hay alguien que no haya ido y que quisieras tener? Haz un llamamiento a Letizia Ortiz o algo.


Está Letizia Ortiz como para hacer de cobaya. Bastante tiene la muchacha.


¿Y algún político?


A ningún político, sinceramente. Les estoy cogiendo una manía increíble porque me tocan mucho las narices. Con que hagan bien su trabajo me conformaría, o con que lo hicieran un poquitito mejor de lo que lo están haciendo. Me irrita profundamente la caspa política.  


También llega una nueva sección en la que recordáis épocas pasadas de los 15 años que lleva ‘El club de la comedia’. ¿Cuál sería para ti el mejor momento de las cuatro temporadas que llevas como presentadora?


Uy, qué pregunta más difícil. Mis greatest hits. Pues la verdad es que no lo sé, pero me lo pienso. ¿Sabes qué pasa? Que soy muy poco selectiva. A mí cualquier cosa me da mucha alegría, mucho bienestar… ‘El club de la comedia’ es para mí un programa que siempre es muy trepidante y además daos cuenta que yo me encuentro aparte de con actores que conozco y los que no, para estar con los monologuistas con los que yo empecé al principio de los tiempos. Es como si viniese alguien a tu casa a tomar algo. La grabación es tan rápida, porque no deja de ser un show de teatro, que tampoco tenemos mucho tiempo de trastienda. Me quedo con la sensación de sentirme muy anfitriona.


Dani Rovira imagino que es uno de ellos y ha saltado de monologuista a actor, que parece que se revela a estar encorsetado.


Ser monologuista todo el rato pues a lo mejor hay gente que se aburre. Bueno, Dani estudió para ser actor y no es lo mismo que otra gente que empezó por casualidad con monólogos y acabó haciendo una profesión. A mí por ejemplo donde más trabajo me han dado siempre es en monologuismo y a veces en presentar.
Respecto a la sección que hablábamos de la mirada al pasado, ¿no tenéis miedo de que la gente no lo vea como una novedad a causa de la saturación de repeticiones?


Pues sí, ese riesgo existe pero por otro lado es que a la gente le encanta. Yo, personalmente como espectadora que he visto muchos, lo veo un poco aburrido, pero a la gente le gusta y la selección de videos de estos 15 años es muy buena y entrañable.


¿Cuál es el estado de salud de los monólogos?


Yo creo que el monólogo desde que nació hace 15 años en España con ‘El club de la comedia’ y Paramount Comedy creo que ha vivido un momento de saturación porque hacía monólogos todo perro pichichi y la gente ya estaba un poco cansada. Yo creo que ahora hay una selección natural, sigue habiendo muchas rutas por España y teatros pero ya está todo un poco más instaurado.


Tampoco se ven en España muchas referencias a la escuela americana.


Yo creo que el humor es distinto. Cuando por ejemplo hacíamos el ‘Saturday Night Live’ y veíamos los sketches originales, hacíamos la traducción y grabábamos el nuestro, nos dábamos cuenta de que los tempos y los finales son muy distintos. De hecho hay monologuistas en España que son muy empollones del género y del formato americano y no terminan de cuajar aquí, porque es muy diferente. Nosotros tenemos el concepto de chiste mucho más empapado, de que la cosa empieza y acaba.
¿A qué recurres cuando la gente no se ríe de algún gag o algún chiste tuyo?


Yo creo, y esto lo hablo mucho con los guionistas y Carlos Herrero el director, que ‘El club de la comedia’ está tan lleno de chistes que no me siento mal cuando uno de mis chistes no funciona. Hay monologuistas y cómicos que tienden a buscar carcajadas y aplausos en cada subidita de tono del monólogo. A mí siempre me ha gustado mucho que el público sonría nada más; que no hace falta carcajada para notar que la cosa está funcionando. Luego también considero que explicar demasiado el chiste, forzarlo, es tratar al espectador como si no fuera inteligente. Yo estoy convencida de que la gente es inteligente de verdad y a lo mejor hay chistes que algunos no pillan, pero los que son más avispados agradecerán que el que está al lado no lo haya pillado. Y él sí. Siempre tengo la lucha cuando hacemos el primer ensayo con el equipo de cuando hay alguna cosa que me parece que es redundar o que es hacer demasiado fácil el chiste, yo tiendo a eliminarlo. Ellos siempre me intentan justificar que esas dos líneas que han escrito con tanto esfuerzo hay que decirlas, pero yo no les hago ningún caso y me las salto a la torera.
¿Eres de que también cuenta chistes malos?


Yo defiendo mucho el chiste malo. A mí me da un placer indescriptible cuando suelto un chiste malísimo y la gente me mira con cara de póquer. Caer en el vacío de un chiste malo, a mí me da gusto.
Fuiste durante dos años (en 2012 y 2013) la presentadora de los Premios Goya. ¿Cuál fue el motivo de que en 2014 no fueses tú la maestra de ceremonias?


A mí González Macho (el Presidente de la Academia de Cine) me llamó para presentarla, pero yo estaba segurísima de que no podía hacerlo. Cuando acabé mi segunda gala de los Goya dije: “Uy, esto ha quedado tan bien que me planto”. Me parecía un trabajo dificilísimo presentar la gala este año, porque si el año pasado el momento era muy bueno y había mucha expectación, ganas de lucha y los actores estaban enardecidos, este año había muchísima tristeza y era todo más dramático que cómico. Fue una decisión completamente personal. Le dejé el marrón a Manel directamente.

08 junio 2014

El final de 'Aída'


Da lástima cuando una serie que ha marcado un hito en la televisión y ha cosechado tantos espectadores fieles a lo largo de los casi 10 años llega a su final. Todo lo que nace, muere, pero… ¿qué haremos ahora los domingos por la noche? Cuando empecé a seguir series (seguir de ver todos los capítulos, no de pillar alguno cuando me acordaba), puede que fuese ‘7 vidas’ allá por el 1999, después nació ‘Aída’, convivieron durante año y medio y quedó vía libre para la segunda. Con esto quiero decir que han sido muuuchos años con un hábito que ahora nos cortan. Sin hacernos un spin off de Sorayita ni nada. 
Madre mía lo que ha cambiado desde el 2005 hasta ahora ‘Aída’. Los capítulos han pasado de durar 45 a 65 minutos y en capítulos especiales como este último, 85 minutos. Y eso para una sitcom es una barbaridad. Pero la serie podía con lo que le echasen (hasta con la incorporación de Dani Martínez). También ha cambiado la estructura de capítulos, ahora mucho más enrevesados y con más tramas para completar toda la duración sin que deje de ser interesante. De personajes han llegado muchos, que se han ganado su hueco en la serie, como Machu, la Macu o el Barajas. Luego hemos visto cómo los más pequeños han crecido, cómo Mauricio cambió su look “acortándose” el bigote, cómo Paz pasaba de una profesión a otra cuando se agotaban los chistes de ella. Todos han cambiado, excepto Eugenia, que sigue igual en todos los sentidos.  
Yo creo que la serie ha tenido un final perfecto para que guste a todo el mundo: bonito pero no pastelón, cosa que con dos bodas de por medio era difícil. Soraya y Chema, la pareja que más ha durado estable y sin tambaleos de todas las series, se casa como tenía que ser. Paz, que si ha aguantado el personaje durante tanto tiempo era porque había de acabar con Luisma, ha conseguido también su deseo y ambos se convierten en los protagonistas de una segunda boda (ésta, completamente improvisada para ellos). Aídita parece que vaya a revivir todo lo que ha vivido su madre, ya que se queda embarazada a la misma edad que lo hizo Soraya. Machu y la Macu tienen un final feliz, yéndose juntos a la otra parte del mundo para volver a las raíces de él (no se sabe qué pasa con Luisito), aunque la mayor sorpresa y el mejor final la da Mauricio, quien cierra el Bar Reinols para irse a vivir con ellos. El famoso bar cerrando, eso sí que es una tragedia. Supuestamente, montarán un bar donde Machu será el dueño y Mauricio Colmenero de tabernero a camarero (ya que tanto le gustan las rimas con su apellido).  
Con estos finales (quitando el de Aídita) dejan claro quiénes han sido los verdaderos protagonistas de la serie, puesto que hay muchos otros que siempre han estado al servicio de las tramas de otros y en el final no ha sido de otra forma. El Barajas, Jonathan, Fidel, Eugenia y Simón no tienen un gran final, pero es que tampoco nos importa mucho, ya que los importantes, el meollo de la serie, los personajes que nos han hecho seguir ‘Aída’ durante tanto tiempo han sido los otros. Aunque sin alguno de los últimos, la serie no habría sido la misma.  
Realmente ha sido un lujo volver a ver a Aída, a la Lore y a Tony para despedirnos de todos, en compañía de todos. Igual se les podría haber visto en una trama completa a lo largo del capítulo, pero con una secuencia que sabe a poco, al menos hacen que nos quedemos con el buen sabor de boca. Si Carmen Machi no se hubiese marchado y el último capítulo fuese la boda de Aída con quien sea, habría sido increíble ver esta noche a Gonzalo, Carlota, Sergio, Frutero, Diana, Sole y compañía apoyando a su amiga, pero es cierto que a estas alturas de la película –digo, serie-, ya no tocaba, y con la aparición del personaje que da nombre a la secuela de ‘7 vidas’, ya es más que suficiente.  
Posiblemente ‘Aída’ sea una de las series de las que más hemos hablado en este blog y ésta es posiblemente la última que dedicaremos a la serie. Una pena, pero sinceramente ya tocaba. Siempre nos quedará FDF para volverlos a ver miles y miles de veces. Creo que voy a echar más de menos a personajes en concreto que a la serie en sí, ya que últimamente todos veíamos la serie por el hecho de ser fans, porque un bajoncillo sí que había pegado en cuanto a tramas. No volveremos a ver chistes nuevos del Luisma, pero después de 237 capítulos, tampoco nos podemos quejar. Hemos disfrutado mucho de ‘Aída’.

05 junio 2014

El turno de ellas



No es que no diese un duro por ‘Hable con ellas’ y ‘Ciento en la madre’, sino que cuando empezaron a surgir noticias sobre estos proyectos no pensaba que yo fuese a ser espectador de ellos. Bueno, en este caso, de ellas. Y la verdad es que veo los dos espacios y me gustan. Voy a hacer un repaso de lo mejor y de lo peor de cada una de las cosas. 
Lo mejor de ‘Hable con ellas’: Casi todas ellas. Yolanda Ramos me alucina, Beatriz Montañez es un amor platónico, y Sandra Barneda es mi último descubrimiento. Sabía de su existencia pero por el tipo de programas que suele hacer nunca había visto nada de ella. Ellas tres dan la alegría y aportan el 97% de la labor de las presentadoras. Lo que más me gusta ellas es que aparte de tener guión se nota que improvisan, sobre todo Yolanda, haciendo comentarios o preguntas de total marujona que se le pasan por la cabeza, los suelta y acaba siendo de lo más interesante. Además el tema de ir “acumulando” en el sofá a todos los invitados que van a apareciendo lo hace más campechano el programa, porque acaba siendo una tertulia de amigos (predominando las mujeres); destacando también lo diferentes y variopintos que son todos los asistentes. Nunca pensaba ver juntos en un plató de invitados a Santi Millán y Raquel Mosquera compartiendo sofá. Y el violinista.  
Lo peor de ‘Hable con ellas’: Notar que aun siendo cinco presentadoras con el mismo peso (en teoría), hay dos que se quedan apagadas por completo. Son Natalia Millán, que da el toque de glamour, y Alyson Eckmann, que es la pivón pero no hace nada. Entre ellas forman el 3% del porcentaje que he empezado en el párrafo anterior. Y es una pena porque podrían dar mucho más juego, pero desparecen. Igual lo de los invitados tan variopintos también puede ser un arma de doble filo, porque a mi me puede apetecer ver lo que dice Santi Millán y producirme rechazo Raquel Mosquera (por seguir con el mismo ejemplo). Lo peor del programa, es que al pertenecer a Telecinco, puede verse ya como algo casposo, pero de verdad que vale la pena el programa y ellas.
Lo mejor de ‘Ciento y la madre’: Patricia en las pruebas. Tanto en la gasolinera, como con el pinganillo, como de guía turística en un autobús, ella es la reina del humor. Los famosos invitados, que está claro que es un reclamo, son lo mejor. Mi prueba favorita es la del pinganillo, donde lo dan todo. Paco León, Eva Hace, Falete, Chenoa… Y descubre personajes del nivel de la Mosquera, como es la Campanario, que será lo que sea, pero la prueba la hizo genial. Y luego la de ‘Me lo dicen mucho’, donde famosos hacen de dependientes anónimos (Juanra Bonet en una tienda, la Lomana en una charcutería o Fernando Tejero en una frutería), aunque esto ya se hizo en un programa de La sexta que se llamaba ‘¡Qué más quisiera yo!’. Este tipo de pruebas, tienen que funcionar dentro un programa para que pueda renovar, pero también creo que cuanto menos gente lo vea mejor, ya que si es un exitazo y todo el mundo habla de eso, ya no colaría si eres uno de los incautos.  
Lo peor de ‘Ciento y la madre’: Patricia en plató. ¿Quién escribe esos guiones tan malos con chistes tan repetidos hasta en el mismo programa? Se nota mucho que está preparado porque es muy forzado, los comentarios están metidos con calzador y el público… Ay, el público. O les pagan mucho o les dan lo mismo que a los que van a ‘El hormiguero’. Además hay partes que son muy largas y aburridas. Como la prueba de novios, que ver una de vez en cuando está bien, pero además son largas. Y que otro haga bromas de tirarse pedos delante de la gente creo que baja un poco el nivel del programa.  

02 junio 2014

Conociendo a Sibel Kekilli, Shae en 'Juego de Tronos'



A lo largo de toda la semana se ha celebrado en Madrid la segunda edición del Festival Internacional de Cine Fantástico, NOCTURNA, en los Cines Palafox. El lunes pasado  tuvimos la oportunidad de conocer a la actriz Sibel Kekilli, Shae en 'Juego de Tronos'. A pesar de que la actriz se estrenó en el mundo del cine dentro del porno ha conseguido abrirse paso hasta una de las series más populares de la HBO como la amante de Tyrion Lannister. 

Durante el encuentro con los fans, Sibel nos habló de su experiencia durante la grabación de la serie. Con una sonrisa en todo momento y riéndose incluso de ella misma respondía a las preguntas que le habían hecho previamente.

Le preguntaron qué era lo que más había aprendido trabajando en la HBO y su respuesta fue: “INGLÉS”. Contó que recientemente Peter Dinklage, Tyrion Lannister en la serie, le confesó que al principio el reparto se mofaba del acento de la actriz alemana. Comentó incluso que en el casting de su personaje ella tenía que peinar a otra actriz, pero tenía un nivel tan bajo de inglés que no entendió bien el guión y… ¡empezó a peinarse a sí misma! 

Otra anécdota que contó Sibel Kikelle acerca del inglés fue cuando le invitaron a la “wrap party”, que es la fiesta de despedida organizada por el equipo, y ella se asustó porque entendió que iban a hacer una “rape party”, algo así como una fiesta de la violación. 

Reconoció no haber leído ningún libro de George R.R. Martin, por lo que no sabía muy bien cómo comportarse más allá de lo que le decían los productores. 

Sibel Kekilli estuvo muy graciosa en todo momento, haciendo comentarios sobre su personaje y lo poco que se identificaba con ella en la realidad. “Odio a Shae”, llego a decir entre risas en alguna ocasión. En cualquier caso, nosotros te amamos a ti por ser tan adorable.