'Alaska & Coronas': la dama y el canalla

La cultura ha llegado a nuestra televisión de la forma más auténtica y más real posible de la mano de ‘Alaska y Coronas’. Los dos presentadores nos han demostrado que se puede aprender y nos pueden educar sin olvidar que las cosas con un poquito de humor entran mucho mejor. Desde hace tiempo se echaba de menos en la pequeña pantalla entrevistas interesantes, sin prisas y en profundidad por lo que se agradece que una cadena como es La 2 le dedique (o le haya dedicado) un tiempo semanal de programación para hacer televisión de entretenimiento.

Una vez acabada la temporada de ‘Alaska y Coronas’, no se sabe si van a volver con una nueva tanda de programas o no. Sería un error que no lo hicieran. También lo sería que hiciesen un nuevo cambio de presentadores, porque mientras entre Mara Torres y Joaquín Reyes se notaba que no había nada de química, entre Alaska y Javier Coronas la habido toda y más. 

Alaska ha demostrado que puede estar mucho más allá del mamarrachismo y de lo artificial mostrando su cara más culta demostrando que está a la altura de las mejores presentadoras de España, con desenvoltura y con tablas. Javier Coronas es el desastrado, el bufón, el contrapunto, y se podría haber quedado en el graciosillo sin gracia, pero él roza la excelencia del humor. Un canalla y una dama que se ha convertido en la pareja perfecta. Profesionalmente hablando. Y los dos han demostrado su cultura en todos los temas tratados que ahora veremos a continuación. Habrá guión, pero si hay una tertulia tienes que participar con cualquier aspecto que pueda sacar alguno de los colaboradores y ellos han sido capaces de hacerlo siempre. Y en directo, ojo.

           

Los temas que han tratado a lo largo de toda la trayectoria han sido de lo más atractivos y generales para demostrarnos lo mejor de España: el cine nacional, la música indie, la ficción española, la televisión, la moda, el arte, los selfies, el humor, la familia, las mujeres… Y cada uno con unas secciones interesantísimas más allá de las maravillosas entrevistas que definen el espacio, ya que contábamos con masterclasses y miradas a la red (Internet siempre ha estado presente). Los invitados siempre han sido de lujo. De lujo de verdad. Los expertos más especializados en el ámbito que se trataba en cada momento, estaban en ‘Alaska y Coronas’ enseñándonos todo lo que podían para hacernos disfrutar.  

Y para acabar, dos de los aspectos que más han llamado la atención que no hemos nombrado además de la cabecera. El primero es el plató, el decorado, que ha mezclado lo moderno con lo vintage, lo brillante con el cartón, el más tecnológico con lo más antiguo. De este modo han conseguido una combinación de lujo. Y el segundo es la realización. Hemos disfrutado de planos que no se suelen ver en entrevistas (en parte gracias a un espejo) y lo mejor de todo ha sido la pantalla partida que no sólo se ha utilizado para hacer bonito, sino que siempre ha sido realmente útil y creando un estilo y una identidad, además de hacerlo más atractivo. Alaska y Coronas: ¡volved!