Admito
que al conocer que la nueva serie de Telecinco se iba a llamar ‘Chiringuito de
Pepe’, tuve algo de prejuicios a la hora de empezar a verla. Con ese nombre se
relaciona a fritanga, a suciedad, a cartas de menú pegadas que hay que estirar
para ver los platos combinados…, en definitiva, algo que crees que sólo por
verlo ya te vas a ensuciar. Pero el reparto de actores que tenía la serie me
hizo darle una oportunidad y ver el primer capítulo llevándome una grata
sorpresa. Me gustó y mucho.
Aprovechando
el tirón culinario que está teniendo la televisión, esta serie ha llegado en el
momento perfecto, ya que entre ‘Top Chef’, ‘Pesadilla en la cocina’,
‘Masterchef’ y programas como el de Arguiñano, nos han dejado claro que a los
espectadores nos gusta el mundo de la cocina. Mucha gente ha catalogado
‘Chiringuito de Pepe’ como una mezcla entre ‘Los Serrano’ y ‘Verano azul’, pero
yo no veo ninguna similitud con estas dos series más que en la primera estaba
Bonilla y en la segunda era el mar el protagonista. En cambio, yo la veo como
una mezcla de Chicote y ‘Doctor Mateo’ (un pijo que llega a un pueblo y tiene
que adaptarse; en vez de una taberna hay un chiringuito; en vez de la panadera,
una pastelera; y en vez de una verdulera con un novio más joven y negro, una
pescadera con un novio más joven y negro). Pero claro, llamar a la serie ‘Chef
Sergi’ era raro fonéticamente y ‘Pesadilla en el chiringuito’ era redundante.
La
sorpresa y el éxito de ‘Chiringuito de Pepe’ llegó porque no nos la vendieron
como una serie ambiciosa y no prometían nada que no nos iban a dar. Creo que
incluso era lo contrario y eso es lo que nos ha gustado a todo el público: que
es una serie con mayor calidad de lo que nos presentaban. Son tramas consistentes
(aunque no siempre innovadoras, pero no decepcionan), tiene una cantidad de
exteriores envidiables para otras series, y nos presentan una Peñíscola que se
agradece ver ambientes diferentes al que se ve en otras series –grabadas en su
mayoría en Madrid-. Y mola que además de ‘El País’ y ‘Estrella Damm’ que nos la
meten en cada capítulo, también nos estén dando publicidad de este maravilloso
pueblo de Castellón.
Como
comentaba antes, los actores son todos maravillosos. Una serie capitaneada por
Santi Millán es un sello de garantía. Begoña Maestre da luz a cada proyecto que
hace con su magistrales interpretaciones y su belleza. Blanca Portillo, con su
prestigio, da caché a la serie, y se agradece volver a verla en una serie de
comedia. Jesús Bonilla, que aunque lo tenía atragantado por ser Santiago
Serrano, me ha gustado esta vez con un personaje tan divertido. El Langui ha
sido la sorpresa, y lo que poca gente recuerda es que es el único del reparto
que tiene un Goya como intérprete. Adrián Rodríguez abandona los personajes de
adolescente para empezar a ser adulto. Dafne Fernández ha sido otra sorpresa
para mí, ya que no nos tiene acostumbrados al humor y creo que ahora está en su
salsa y en su mejor registro. Y finalmente los niños, y de los cuales me quedo con
la chica que la adoptaba desde ya.
En definitiva es una serie perfecta para la época estival. No se podría haber emitido en otro
momento o al menos el arranque de los primeros capítulos. Posiblemente esta
serie en invierno compitiendo contra ‘Sin identidad’, por ejemplo, no habría
tenido el mismo éxito que ha cosechado. Ha renovado por más capítulos, pero la
pena es que no estén ya listos para emitirlos y vayan a hacer un parón, porque
ahora es cuando está en un momento inmejorable. El tiempo acompaña, la gente
quiere ver playa, está teniendo una media de 4 millones de espectadores cada
semana y en definitiva, creo que no es el mejor momento de pararla. No podemos
hacer nada más que esperar a que vuelva, que ya estamos todos con ganas de más
capítulos de esta serie que ofrece entretenimiento, una palabra que cada vez
cuesta más encontrar en la ficción.
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