El mago y actor Nacho Diago está en la Sala Russafa de Valencia este fin de semana con su nuevo espectáculo 'Días de nocilla y magia' preparado para ilusionar a todo tipo de espectadores. Hablamos con él para saber cuáles son sus trucos favoritos, qué diferencias ve entre actuar para niños y adultos, sus éxitos y su regreso a su ciudad natal.
"'Días de nocilla y magia' son juegos que a lo largo de mi vida han tenido un interés por alguna cosa"
¿Qué nos puedes contar de este espectáculo?
El espectáculo se llama “Días de nocilla y magia” y es
algo un poco personal porque hace un repaso a cosas que me han ido gustando. De
una manera sutil cuenta la historia de un niño que quería ser mago y cómo lo va
consiguiendo, no es que tenga una línea argumental clara pero tiene ese tipo de
toques, son como juegos personales que tienen mucho de verdad y también de
ficción. Pero son juegos que a lo largo de mi vida tienen un interés por alguna
cosa.
En la obra te trasladas a los años 80, ¿cómo es para ti
volver a esa época?
En el fondo como hace un repaso a cosas que han marcado
mi vida, a lo mejor se puede malinterpretar porque los años 80 tienen un
referente muy claro de la movida madrileña pero no es ese tipo de los años 80.
Es más, los 80 como los vivía yo que yo no era un joven que estaba con los
pelos cardados y con hombreras, sino que yo era un niño que veía 'Un, dos,
tres' y que jugaba con mi hermano, que empezaba con la magia. Ese tipo de los
años 80, no es el icono de la movida madrileña que tiene mucha gente, son mis
años 80.
¿Cómo se consigue que una misma obra pueda estar dirigida
a personas adultas y también a niños?
Creo que la magia tiene esa cualidad. Es un espectáculo
cuya base es sorprender e ilusionar a la gente. A los niños les gusta y les
ilusiona mucho y en los adultos consigue sacar ese niño que lleva dentro. Tiene
esa cualidad que casi es prácticamente como si fuera para niños aunque tenga
100 años.
¿Entonces hay diferencias entre actuar para un público
adulto y otro infantil?
Los niños son muy sinceros. Entonces juego con ellos y si
ellos creen que han visto un truco… Uno de los trucos que tengo se hace con una
marioneta y que hipotéticamente la marioneta está haciendo trampas y se le está
viendo el truco y la diferencia es que los adultos ríen cuando ven eso y los
niños gritan a decirme que han pillado el truco. Es la misma cara de una misma
manera, pero visto desde dos puntos de vista distintos.
¿Y qué otros trucos podremos ver en esta obra?
Últimamente estoy siguiendo una línea que es que la magia
me gusta hacerla con objetos cotidianos. Estoy intentando huir de aparatos
raros y de cosas así muy de mago y veremos cosas hechas con billetes, con
paraguas, veremos un fragmento del número con el que gane el Campeonato de
Magia en España. También con anillos de un espectador, la colaboración va a ser
muy importante porque es un espectáculo en el que no hay cuarta pared y les
hablas directamente a ellos, por lo que es muy interactivo.
Cierto, ganaste el Campeonato de Magia en España en el
2005. ¿Qué significó para ti este reconocimiento?
Te aporta satisfacción. Siempre digo que en arte es muy
difícil evaluar o juzgar. Es imposible decir si es mejor Dalí o Picasso no
tiene nada que ver. Magia como un arte que es decir quién es el mejor no tiene
mucho sentido, pero sí que es que tiene sentido que es un reconocimiento a tu
trabajo y a tu esfuerzo. Entonces gente que tú conoces y admiras que está
dentro de un jurado, con una trayectoria consolidada considere que tu trabajo
ha sido el mejor, primero te da mucha alegría y te da muchas ganas de seguir
trabajando y te demuestra que vas por el buen camino.
Volviendo a los trucos, ¿cuáles son los trucos que más te
suelen pedir en los espectáculos? ¿Los que más llaman la atención?
Pedir no me suelen pedir porque tampoco saben lo que voy
a hacer. Pero los que suelen comentar después o recordar a lo mejor son los que
combinan el entretenimiento con un efecto mágico muy fuerte, cuando el
desarrollo es entretenido y el final es impactante. Pero hay una cosa que
intento y es que en los espectáculos convivan muchos géneros, que exista la
comedia, el misterio, lo poético... Curiosamente, hoy en día casi nadie lee
poesía, lo poético funciona muy bien.
¿Suelen gustar más los trucos de la mente, o de
desaparición o aparición?
No creo que haya una cosa clara. Cada uno es diferente y
a cada uno le gusta una cosa distinta. En mis espectáculos no hay una cosa
clara de que gusten más los de mentalismo, o de adivinación, o de
desapariciones... De hecho hay unos juegos muy sencillos que gustan mucho y
otros muy complicados que no resultan tan potentes.
Ahora actúas en Valencia, ¿cómo es actuar en tu ciudad
natal?
Está muy bien. Yo ahora por motivos de trabajo estoy
viviendo en Madrid que no es que yo haya tomado la decisión de irme pero es que
tengo más trabajo allí ahora mismo que en Valencia. Venir a Valencia es casi un
regalo, es un regalo porque es estar con tu gente, muchas personas que siempre te
dicen: “Ay, ¿cuándo puedo verte?” Y tú estas en Madrid actuando y entonces
estar en Valencia y poder compartir con la gente que te quiere lo que haces,
entonces es más bonito todavía.
Se nota que la magia es muy importante para ti. ¿Qué
significa en tu vida?
La magia para mí es una forma de ver la vida. Yo creo que
tendría que ser como cualquier profesión que tengas. Si tú eres periodista que
el periodismo sea una forma de vida que te guste tanto que quieras dedicarte a
ello y que no te cueste esfuerzo. Por tanto, si cada vez que trabajas estás
sufriendo y deseando llegar a casa, es muy difícil prosperar en cualquier cosa.
Entonces, para mí la magia es mi trabajo, es mi forma de vida, y es un trabajo
que me permite comunicar que es algo que a mí me encanta y estar con gente. Es
una pasión.
¿Cómo ve un mago la vida?
Fíjate, yo creo que sí que la ve de una forma diferente.
No me lo había planteado nunca. Pero creo que sí que hay una forma diferente de
mirar. Creo que hay una manera distinta de ver la vida cuando eres creador. Hay
una anécdota de Dalí que él tenía una caja de cerillas con un dibujo de la
Venus de Milo y él decía que había un torero y entonces la gente decía: “¿Pero
qué torero? Aquí no hay nada”. Y él insistía en que sí que lo había y luego
pintó el cuadro de ‘El torero alucinógeno’. Entonces hace una evolución de la
Venus de Milo y ves la figura del torero, de la plaza de toros y es un cuadro
chulísimo. Creo que refleja eso. Cuando ves las cosas cotidianas, las ves con
otros ojos.
¿Cuándo empezaste a sentir interés por la magia?
Empecé muy joven, a los quince años. Salieron unos
fascículos coleccionables y fue un poco el arranque de la afición. Supongo que
siempre la he tenido pero fue lo que me hizo que me arrancará y me hizo seguir
una dirección clara para poder desarrollar la carrera.
A la hora de interpretar, el ser mago y atraer la
atención del público y empatizar con él, ¿ayuda?
Sí, creo que sí. A ver, la faceta de mago me hace tener
una capacidad de disociación, una capacidad técnica para luego poder estar más
concentrado en la interpretación y el vivir el momento que se está creando como
actor. Es evidente que la magia tiene truco que es secreto pero nuestro trabajo
es ocultarlo y que no se note esa ocultación. Así que sí que estamos
acostumbrados a disociar y a hacer dos cosas a la vez.
¿Es importante creer en la magia?
Sí, pero como forma de vida, de ilusión y si no hay
ilusión no hay nada.
¿Notaste más repercusión y más asistencia a tus
espectáculos cuando trabajaste en el serial ‘Amar en tiempos revueltos’ con el
papel de Gerardo?
La televisión tiene mucha repercusión, esto es así. Más
aún con algo como ‘Amar en tiempos revueltos’ que tiene mucha audiencia y una
trayectoria muy larga. Recibo otro tipo de cariño. Da la sensación de que la
gente ve la televisión y se piensan que has estado en su salón, y te tratan
realmente así. Hay mucha gente que se acerca y te abraza y te besa y te hablan
como si fueras alguien de la familia. Al principio choca un poco pero luego te
acostumbras. Es una cosa buena y bonita mientras no se caiga en el cotilleo y
estas cosas, que creo que es otro mundo que no forma parte de la profesión de
ser actor sino yo creo que son todo cosas positivas.
¿Qué te aporta el interpretar que quizá no te aporte la
magia?
La magia a la hora de interpretar me da una capacidad
técnica, una capacidad de disociación y de tener más controladas ciertas
situaciones. Por otra parte, la interpretación me da en la magia una mayor
capacidad de comunicación, de empatizar, de transmitir con cada efecto, que no
sea sólo la técnica y el truco en sí sino ser capaces con las técnicas
teatrales de comunicar mejor y que sea más entretenido y más potente lo que
hago.
¿Con qué otros magos has coincidido o quién te ha hecho
ilusión conocer?
Muchísimos. Además muchos se han convertido en buenos
amigos que no es sólo el hecho de coincidir. He coincidido con Juan Tamarit,
con Jorge Blas, con Jandro, con Yunke, además muchos de ellos son amigos,
aparte de que les admiro mucho como magos y como artistas. Luego otros no tan
conocidos como Rene Abad Argentino, con Dani Coll, un estadounidense que me
encanta. Afortunadamente, los magos actuamos muchas veces en un formato de gala
en la que actúan varios y es gusto trabajar con ellos.